1.segundo cantar (v.2205)
2. La función del lenguaje predominante en el fragmento precedente es:
A) fática.
B) apelativa.
C) expresiva.
D) poética.
E) metalingüística.
3. Si pasamos a los cantares de gesta medievales, podemos centrarnos en el ‘Poema de Mio Cid’. El héroe castellano Rodrigo Díaz de Vivar es nombrado con epítetos épicos como los siguientes: “el que en buen ora cinxo espada”, “en buen ora fuiste nascido”, “el buen Campeador”, “el de la barba vellida”... Sin embargo, no es el protagonista el único que es definido con epítetos épicos.
4.El cantar del mio Cid es un cantar de gesta (epopeya de la Edad Media escrita o una manifestación literaria extensa perteneciente a la épica que narra las hazanas de un héroe que representa las virtudes que un pueblo o colectividad consideraban modélicas durante el medievo).
Se trata de la primera obra narrativa extensa de la literatura española en una lengua romance.
El poema consta de 3,735 versos anisosilábicos (versos con numero de sílabas distintas), aunque dominan versos de 14 a 16 sílabas métricas. Los versos del cantar del mio Cid están divididos en hemistiquios (verso que se mide en métrica como si fuese un verso entero y va separada de la otra mitad por una pausa en la entonación o cesura) separados por cesura (espacio dentro de un verso).
5. El Cantar de mio Cid se diferencia de la épica francesa en la ausencia de elementos sobrenaturales, la mesura con la que se conduce su héroe y la relativa verosimilitud de sus hazañas. El Cid que ofrece el Cantar constituye un modelo de mesura y equilibrio
6. preteritp pluscuamperfecto
7. la progresión dramática se alc8.anza a partir del acercamiento
8. Uno de los rasgos peculiares de la obra es la habilidad del autor para caracterizar a los personajes. Existe una humanización expresa de la figura del Cid, a quien se muestra no solo como un héroe, sino también como un ser humano, dotado de profundidad psicológica. El Cid es un infanzón, un miembro de la baja nobleza que asciende socialmente gracias a sus propios méritos. El protagonista es un personaje física y psicológicamente fuerte; es moderado y se muestra reflexivo, justo, sensible y profundamente religioso. No hay ningún personaje en la obra que adquiera su categoría moral.