Un texto argumentativo es uno que expone razones que sustentan la validez de un discurso cualquiera. Un argumento puede ser rebatido cuando se detecta en él algún tipo de contradicción lógica.
A manera de ejemplo, el argumento que prueba la existencia de dios, según San Anselmo, consiste en decir que dios es tal que no puede no pensarse que exista; el simple hecho de ya ponerlo en duda o mentar su ser mediante la palabra ("dios") ya es indicativo de algo que está ahí, que es, y que existe.
Un contraargumento a tal tesis consistiría en decir que si entonces por decir "dios", entonces dios existe, estaríamos aceptando que por el simple pensamiento de una posibilidad cualquiera, de cualquier tipo de ser, ya estaríamos aceptando con ello su "existencia". Es decir, si pienso en un unicornio, ¿entonces el unicornio existe por ello? - la respuesta obvia a esto es que "existe" pero en "la imaginación".
Es por ello que lo básico en todo argumento es discernir lo que es una mera opinión de lo que es conocimiento "verdadero", o cuando menos no contradictorio.
