Respuesta :

Principalmente, cambiemos de actitud, el dinero no nos hace mejor que nadie, ni la ropa que usamos, ni el lugar donde vivimos, ni el apellido, todos somos iguales y tenemos derecho a una vida digna, a las mismas oportunidades y al mismo trato. Valemos por el simple hecho de ser seres humanos. La mejor manera de cambiar de actitud es ponernos en el lugar de los demás y hacer a los otros como queremos que hagan con nosotros.

A) La creación de instituciones estatales que mejoren la calidad de vida de comunidades en situaciones de pobreza y pobreza extrema, como centros de salud, escuelas, centros de estudio y bibliotecas actualizadas y modernas, que además de darles oportunidades a las personas crearan fuentes de trabajo para las mismas comunidades.

B) Una mejora a la recaudación tributaria, en donde los empresarios y propietarios de tierras sean responsables y consientes, pagando lo que corresponde a sus ingresos y propiedades, evitar la evasión fiscal y, por supuesto, que estos fondos sean bien utilizados para proyectos mencionados en el inciso A.

C) Una mejor administración de los recursos naturales, para convertir a Guatemala en un país eco turístico en lugar de ser solo un país agrícola, lo cual dará la oportunidad a las comunidades de vivir su propia cultura y administrar sus recursos naturales de manera sostenible, sin la preocupante tala de árboles y erosión del suelo que provocan las actividades agrícolas y ganaderas.

Todos somos responsables del cambio, ahora es el tiempo de empezar a cambiar de mentalidad porque tarde o temprano todos pagaremos las consecuencias.

Más de 270 millones de personas sobreviven en situaciones de esclavitud, producto de un ultraliberalismo que confunde valor con precio y que considera a los seres humanos como mercancías y a las riquezas de la tierra como recursos explotables.La esclavitud no es una fatalidad, sino una monstruosa injusticia ante la que es legítimo rebelarse por todos los medios. Quienes nada tienen que perder más que las cadenas actúan en justicia al rebelarse, porque el derecho a matar al tirano se convierte en deber cuando quienes padecen son los más débiles. Es legítima defensa. Castelar los animó: “¡Levantaos, esclavos, porque tenéis patria!” No sólo la territorial, sino la de la fraternidad universal.