Considerando que la palabra “crítica” etimológicamente
significa “decidir o separar”, es la crítica la capacidad que nos permite
discrepar en algún planteamiento o bien, estar de acuerdo bajo un punto de
vista basado en la argumento, y en este sentido, emitir un juicio o hacer algo
con “sentido crítico”.
La lectura crítica es entonces, el hecho de leer cualquier
narrativa, ensayo y/o informe con este sentido crítico, para obtener
información clave (y más allá de lo evidente) del texto.
Por lo tanto la lectura crítica se caracteriza por ser:
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Analítica, porque examina, evalúa y estudia.
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Reflexiva, busca deglosar una idea y partir de ella considerar o advertir que algo debe cambiar o mantenerse.
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Activa, porque el proceso es constante y el lector mantiene sus sentidos alerta para digerir las ideas minuciosamente.
Para realizar una lectura crítica efectiva se recomienda al
lector hacerse las siguientes preguntas (las cuales pueden variar de acuerdo a
las intenciones de la crítica):
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¿Cuál es el problema?
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¿A qué conclusión llega el autor con el
problema?
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¿Cuáles son las razones que llevan al autor a
dar ese punto de vista?
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¿El texto está basado en hechos o en opiniones?
En este sentido, se consideran a los lectores críticos:
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Personas honestas consigo mismas.
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Resistentes a la persuasión y a la manipulación.
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Basan generalmente sus juicios en hechos,
evidencias.
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Buscan “unir cabos sueltos”, conexiones entre
temas para darle sentido al flujo de los hechos.
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Son intelectualmente independientes, es decir,
tienen un matiz autodidacta.